miércoles, 8 de junio de 2011

Frank Lloyd Wright, el visionario

El día de hoy se cumplen 144 años del nacimiento de uno de los más representativos arquitectos de la historia, criticado por algunos, modelo de muchos; para mi un visionario.

 
A lo largo de una extensa carrera de más de 70 años, Frank Lloyd Wright, que falleció sólo seis meses antes de la inauguración del Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, trabajó de manera libre, con un estilo único y personal alejado de sus contemporáneos, lo que le permitió desarrollar un nuevo sentido de la arquitectura, que ha servido de influencia para muchas generaciones de arquitectos, en el que la forma del edificio quedaba supeditada a la función para la que éste era concebido. 




Ya fuera una residencia privada, una torre de oficinas, un edificio religioso o un centro cultural, uno de los axiomas de Wright era la búsqueda de la armonía, tanto física como espiritual, entre personas, edificios y naturaleza, acuñando el término de “arquitectura orgánica”. 

Frank Lloyd Wright subraya la inquietud de este visionario arquitecto por integrar arquitectura y entorno natural, creando así espacios de sencillez y reposo que mejoran la calidad de vida de quienes los habitan. 


Frank Lloyd Wright, el arte de construir (Parte 1)

Sus edificios, de impresionante belleza y serenidad, estimulan la interacción social a través de la creación de espacios abiertos que fluyen de una estancia a otra. Sus innovadores diseños complementan el entorno que rodea sus edificios e intensifican la experiencia física, emocional y social en el fluir del espacio interior. 

En sus primeros proyectos, como el Edificio de oficinas Larkin Company (Búfalo, Nueva York, 1902-1906) y el Templo Unitario (Oak Park, Illinois, 1905-1908), Wright deconstruyó las habituales formas cuadrangulares utilizadas por sus contemporáneos europeos, eliminó las esquinas y levantó paredes a modo de ligeras mamparas que únicamente delimitaban los sosegados espacios interiores. 



La arquitectura de Wright es una traslación de su concepción de la sociedad al lenguaje espacial; puede ser comprendida de manera intuitiva y mejorar la experiencia cotidiana. 

Si bien la gran belleza de sus obras ha llevado a otras personas a seguir desarrollando este lenguaje, el propósito de esta exposición es celebrar la idea básica que subyace a su arquitectura: el sentido de libertad en el espacio interior, inspirando en los visitantes la apreciación del potencial que la arquitectura puede aportar, no sólo en nuestro presente, sino también en el futuro.


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