No soy muy fanático de los musicales en el cine, pero algunas veces caes en una película ya sea por la gran promoción publicitaria de las productoras o porque nunca faltan amigos que te dicen "oie, ¿ya viste esa pela?". Es así que caí en la historia de Moulin Rouge, que fuera de la gran actuación de Ewan McGregor y la hermosa Nicole Kidman, de los bien logrados y pomposos bailes y los innumerables premios que gano la película; refleja una Paris de arquitectura fantasiosa, alucinada que solo la imaginación de un creador podría plasmar.
Y todo el glamur que embellece esta ciudad hace que monumentos tan históricos y mundiales como el Arco del Triunfo, Notre Dame y la mismísima Torre Eiffel sean dejados en segundo plano por un 'molino rojo'. Y es que este molino con más de 100 años de antigüedad supo convertirse en la mayor atracción visual del barrio rojo de París, un volumen cónico con ventanas en arco triangular y estas enormes hélices rojas, simple pero con un valor icónico muy importante. Algunos pueden ser reacios a los colores intensos para exteriores, pero cuando el color envuelve un significado, en este caso la sensualidad, vale la pena utilizarlo.
En el año 2009 se organizo el concurso de arquitectura París 2009 en donde se pedía a los participantes realizar el diseño de la nueva escuela de baile para Moulin Rouge, algo muy interesante y con una gran demanda de concepto, creatividad y mucha fantasía. Los ganadores fueron los arquitectos Andrew Fortune, Isaac Cobo i Displs, Daniel Coll i Capdevila del Reino Unido que en una arriesgada propuesta decidieron cambiar el molino rojo por el ondulante movimiento de las faldas del can can. Se cambio el icono por el concepto. Ellos vieron reflejada la sensualidad de mejor manera en el movimiento de las faldas del can can, que tienen ese toque de erotismo al ser el elemento que cubre las piernas de las bailarinas.
Si se desarrolla el proyecto, el molino quedara en el recuerdo de todos y en las miles de imágenes, postales y videos que de él se tienen. Es una muestra de que no hay que ajenos al cambio, muchas veces al cambio total y menos en lo relacionado al arte (arquitectura).
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